¿Qué significa maternidad? ¿Qué conlleva ser madre?¿Qué le pasa a la mujer que se convierte en madre? ¿Qué cambios se viven con la maternidad?.

Suena loco, porque como matrona debería tenerlo claro. Sin embargo, luego de tantos años de trabajo con mujeres, acompañando sus maternidades, no había logrado entender lo que era la maternidad hasta que me tocó vivir mi maternar.

Atreverse a ser madre requiere de valentía y ovarios, es asumir que el resto de la vida estarás siempre pendiente de que nada malo le ocurra a tus hijos, que el dolor está a la vuelta de la esquina y que no lo podrás evitar. Ser madre es la prueba más grande de descontrol.

Me tocó vivir esa situación, cuando las cosas no salen como esperas y de un día para otro debes guardarte las expectativas, ilusiones y sueños en el bolsillo, ponerte una faja con el abdomen partido en dos y levantarte a caminar para eliminar gases y manejar el dolor. Entonces la vida te invita a transitar una maternidad diferente, solitaria y muy dolorosa.

No sabes nada de esto hasta que te despiertas y ahí está la maternidad de la que tanto hablaste, solo que en un formato muy diferente, con un hijo ausente, enfermo o que ni siquiera alcanzaste a conocer. “La vida te prepara para la maternidad” escuché mil veces, pero ¿es posible estar preparada para transitar una maternidad así de compleja? No te embarazas pensando en que algo irá mal, todo lo contrario, pero ocurre y es más frecuente de lo que imaginamos.

Vivir un duelo gestacional o perinatal (muerte de tu bebe in útero o al poco tiempo de nacer) es considerado un duelo diferente a los demás, porque se dan otros procesos emocionales. Desafortunadamente no es una temática que se aborde con soltura y libertad, no es un tema visible y muchas veces pasa desapercibido, acompañado siempre de frases que resuenan terrible, como: “La naturaleza es sabia”, “eres joven puedes embarazarte de nuevo”, “te has ganado un angelito en el cielo”, “mejor que muriera a vivir una vida llena de sufrimiento”, “es terrible, pero…” más cualquier frase para alegrarte, cuando en realidad no hay peros.

Y claro, cuesta saber qué decir, cómo reaccionar y qué pasos seguir cuando muere un bebé. Familiares y amigos evitan mencionarlo por miedo a causar más dolor que alivio. En el intertanto, los padres viven su experiencia en soledad y profunda amargura.

Tampoco existen rituales religiosos que legitimen, faciliten y reconforten a los padres. Toda la temática administrativa resulta ser una tortura. En Chile, al menos en eso se ha avanzado, con la promulgación de la ley que permite inscribir a los “no nacidos vivos” en el Registro Civil. Gran paso, sin duda, en el camino de acompañamiento a tantas familias que han vivido la muerte.

La muerte de un hijo se vuelve un desafío. Además del dolor desgarrador que puede generar, acarrea dificultades en la relación de pareja y hay que aprender a re-conectarse desde otro lugar: desde el vacío de cada uno y desde la percepción de dolor que se vuelve tan personal y difícil de compartir.

Una de las cosas que más me sirvió durante mi post parto fue escuchar a otras mujeres con historias similares. A través de sus palabras encontré alivio, sobre todo al saber que “esto” en algún momento bajaría de intensidad. En algún momento en este camino, todo cobra sentido (…)

 (…) Los rituales de despedida que me tocó presenciar durante mi carrera no fueron más que una preparación para este momento en que puedo valorar la importancia de todos los detalles y cariño invertido, del silencio y del lenguaje no verbal.

Hoy puedo entender cómo estamos construyendo experiencias emocionales día a día junto a otras mujeres, y cómo impacta eso a largo plazo en nuestra salud física, mental y emocional.

(…) Trabajo por mi deseo y esta enorme necesidad: que toda  despedida sea rodeada de respeto, amor y empatía, al margen del lugar y contexto en el que ocurra.

 

 

Stephanie Galán

Mamá de Noah

Matrona

Autora del Libro Maternidad Azul, Vivir con un Hijo en las Estrellas.